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jueves, 8 de mayo de 2014

Laberinto sin final

Hay distintas formas de mostrar y representar el infinito. Una cosa tan poco vista y no resuelta. Pocas personas han logrado expresar el infinito mediante narraciones, símbolos, esculturas, entre otros. 
Julio Cortázar y Marithus Cornelius Escher nos demuestran uno, a través de sus cuentos, y el otro con sus dibujos, cómo representar el infinito, cosa que los diferencia a los dos en su manera de expresarlo. 
Una de las similitudes que hay entre ambos es que los personajes y muñecos no tienen mayor importancia en las obras, sólo son objeto de decoración e interpretación. Ninguno de los dos desarrollan completamente a los personajes de una manera significativa que sea una gran influencia para las obras.
Otra cosa que tienen en común es que ambos autores aplican elementos realistas, es decir cosas que se ven día a día, pero siempre hay algo que es imposible que ocurra. No es completamente surrealismo ya que ponen aspectos de la vida real.
En la obra de Cortázar sólo aparecen tres personajes, mientras que Escher presenta en su obra aproximadamente catorce personajes, y es porque en su dibujo se presentan muchos más ambientes y espacios. En cambio en el cuento sólo se presentan tres espacios.
Las dos obras son trabajos muy peculiares y difíciles de comprender, pero una vez que se entienden, son verdaderamente interesantes y captivantes. Se necesita tener un cierto nivel de inteligencia para poder entenderlos uno mismo sin ayuda de alguien que explique o guíe. Nos encantó poder trabajar con estas obras ya que son diferentes a cualquier otra cosa con la que hemos trabajado antes.

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